Crema fácil, fácil y muyyyy buena.
Una crema de castañas para estos días, puede ser un gran acompañamiento para muchas recetas; incluso para carnes queda genial.
INGREDIENTES
- 300gr. de castañas (peso bruto)
- 500ml. de leche
- 80gr. de azúcar
PREPARACIÓN
Realizar un corte a las castañas y escaldar.
Pasados unos 3-5 minutos pasar a un bol con agua fría. Por dentro aún estarán templadas, pero podréis pelar sin problemas.
Limpiar bien de pieles y llevar junto la leche y el azúcar al fuego.
Una vez pinchemos las castañas y estén tiernas, pasar por el turmix y triturar muy muy bien.
Yo dejé una textura algo espesa porque ya me interesaba así para la receta que quería hacer; pero basta con añadir mas leche y seguir triturando hasta conseguir la textura deseada.
Si de entrada la crema que se quiere hacer es bastante mas ligera, añadir en lugar de 500ml. de leche, unos 800-1000ml.
Esto al igual que el dulzor, ira a gusto del comensal, jeje. Y lo digo porque a mí no me gusta excesivamente dulce.
Encontraréis muchas recetas de crema de castañas, esta es algo "exprés", pero queda un buen resultado.
¡Feliz día!
Hoy me estreno con receta, y nunca mejor dicho, porque estos son mis primeros (pero no últimos) cupcakes.
Hacía tiempo quería probar a hacerlos, y un domingo como el de hoy tan frío es ideal para encender el horno y probar cosas nuevas.
La verdad, me no me han gustado, ¡me han encantado!, he realizado alguna modificación a unas recetas que tenía y el resultado ha sido genial, bueno, por lo menos a lo que se refiere al sabor, bien es cierto que tengo mucho que aprender y que por lo menos el frosting lo tengo que mejorar para que no sea una "pomada" tan blandita y quede mas firme; pero para ser los primeros, estoy mas que satisfecha.
Eso sí... demasiado impaciente, aquí en la foto ni siquiera estaban del todo fríos, jejejeje, si es que no se puede correr...
Vamos allá
INGREDIENTES
(Para unos 12 cupcakes)
- 150gr. de harina repostería
- Un pellizco de sal
- 1/2 cp* de levadura
- 160gr. de azúcar
- La ralladura de un limón
- 1cc* de extracto de limón
- 120gr. de mantequilla sin sal (temperatura ambiente)
- 150ml. de buttermilk (yo hice 150ml de leche entera con 1 cs* de zumo de limón)
*cp-cucharada postre; *cs-cucharada sopera; *cc-cucharada café
(Para el frosting de queso y lemon curd)
- 200gr. de queso tipo philadelphia
- 80gr. de mantequilla (a temperatura ambiente)
- 50gr. de azúcar glass
- 2cs de lemon curd
PREPARACIÓN
Para los cupcakes
Precalentar el horno a 170ºC
En un bol, mezclar el azúcar con la mantequilla que tendremos pomada, y batir bien hasta conseguir una crema.
Añadir entonces la ralladura de limón y el extracto de limón; mezclar bien.
Mezclar un pellizco de sal con la harina, tamizamos e incorporamos la levadura.
Incorporar a la mezcla anterior la mitad de la harina (con la sal y la levadura ya incorporada), y mezclar bien a velocidad bajita hasta que se incorpore bien. Añadir entonces la mitad de nuestro buttermilk y seguir mezclando.
Una vez lo tenemos, volver a realizar la misma operación con la mitad de la harina que nos queda y posteriormente la mitad de la ***buttermilk, hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
Disponemos nuestras cápsulas y las llenamos 2/3 parte, no mas; y horneamos hasta que pinchando con un palillo, salga seco, más o menos 10-20 min. dependiendo del horno.
Mientras nuestros cupcakes se van haciendo tranquilamente en el horno, prepararemos nuestro frosting.
(Para el frosting)
Disponer en un bol el azúcar glass junto a la mantequilla pomada, y batir durante unos minutos, hasta que quede una crema lo mas parecida a la textura de una "pomada" y haya blanqueado. Incorporar entonces el queso cremoso, seguir batiendo.
Añadir el lemon curd ** y seguir batiendo.
Cuándo tengamos la crema al punto, rellenaremos una manga pastelera con ella y llevaremos a la nevera.
Siguiendo con los cupcakes...
En el tiempo que hemos preparado el frosting, nuestros cupcakes tienen que estar ya al punto, si es así, sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.
Una vez fríos, y con ayuda de la manga pastelera, ir decorando con el frosting que teníamos en la nevera.
Y...¡¡nuestros cupcakes estarán listos para ser devorados!!
NOTAS:
**Lemon curd: Es una crema de origen inglesa, a mí me encanta porque aunque tiene un sabor intenso a limón, también es dulzón. De ahí que en el frosting, no haya incorporado mucho azúcar, no me gusta que quede demasiado dulce, pero evidentemente eso irá a gustos.
El lemon curd, lo podemos hacer nosotros ó también comprar hecho cómo en este caso yo.
Lo encontraréis sin problemas, en tiendas gourmet, ó en el hipercor del corte inglés. Sin duda os lo recomiendo.
Si no se tiene lemon curd, se puede poner en lugar de 50gr. de azúcar glass, poner 80-90gr. y añadir una cp de zumo de limón ó extracto de limón, según se tenga en ese momento.
***Buttermilk: Es la primera vez que la pruebo. Siempre había escuchado hablar de ella y de lo bien que va para los bizcochos, aportándoles una esponjosidad extra. ¡Pues bien!, no sé si habrá sido por este ingrediente, lo cierto es que han quedado muy jugosos. Habrá que seguir investigando sobre este buttermilk...
Al igual que el lemon curd, lo podéis comprar hecho, eso sí, en tiendas especializadas; ó hacerlo cómo yo en este caso, mezclando leche entera con limón y así conseguir que se separe el suero que es lo que realmente necesitamos.
También se puede realizar con nata en lugar de leche.
Creo que no me dejo nada, de todas formas, esto no ha hecho mas que comenzar. Seguiremos investigando sobre estos "pequeños bizcochitos" y a ver que tal va saliendo.
Éstos desde luego... ¡buenísimos!
¡Que aproveche!...
Y cómo no, si la anterior entrada era de la estupenda salsa pesto, he querido seguirla haciendo este post de uno de sus muchos acompañamientos, la pasta.
Cocer pasta es algo sencillísimo, y que os diréis que cualquiera puede hacer; se hierve, se sirve con la salsa elegida y listo. Y no estaríais equivocados para nada. No tiene mucho misterio; pero yo personalmente, cometía algún error que otro, basicamente a la hora de la cocción, y deciros que desde que lo he rectificado, he notado la diferencia. Y es que todo tiene un "por qué".
Aunque seguramente muchos ya sabréis de que hablo, quería compartirlo por si a alguien le sirviera.
Lo primero a tener en cuenta el recipiente dónde coceremos nuestra pasta. Es importante que sea amplia para que la pasta pueda moverse libremente, evitando que se apelmace y se enganche.
Lo segundo a tener en cuenta es la cantidad de agua. Por lo general, la regla es por cada litro de agua, 100 gr. de pasta.
Esto es importante. ¿no os ha pasado nunca que la pasta se ha quedado apelmazada y con poca agua?... y es que durante la cocción, además que parte del agua se va evaporando, el almidón que va soltando la pasta hace que el agua espese, y nuestra pasta se enganche. Esto ocurre sobretodo si hemos echado la pasta antes de que haya empezado a hervir.
Así que es importante: 1- un recipiente bien amplio, y en el caso de espaguetti por ejemplo, además alto. Y 2- abundante agua.
Ahora vamos con la sal. ¿cuánta sal poner?.
La regla que utilizan los profesionales, y a mí particularmente me funciona, es cómo se dice en catalán "mil cent deu", 1000ml. de agua X 100gr. de pasta X 10gr. de sal.
Yo al principio a mi profesora de cocina, le decía que veía demasiada sal, y ella me decía que no tuviera miedo, que la pasta no iba a coger mas de lo que necesitaba.
Y lo cierto es que si cumplimos el punto de poner abundante agua... es muy difícil que nos quede salado. Yo lo hago y la verdad que nunca me ha pasado.
¿Cuándo incorporar la sal?
Por el contrario que mucha gente cree, el agua salada tarda mas en hervir que el agua que no contiene sal.
¿El motivo?, el poner la sal en agua fría hace que las moléculas de la sal se mezclen con el agua cambiando el punto de ebullición, lo que hace que ésta tarde mas. ¿y por qué cambia?
Os pego un fragmento de una página que he encontrado por internet y he encontrado interesante, es lógico y fácil de entender.
"El agua pura, es la que congela a 0ºC y hierve a los 100 ºC. Si ese agua contiene sales, congela por debajo de los cero grados, y también rompe a hervir por encima de los 100 ºC."
Por consiguiente intentar siempre incorporarla cuándo el agua rompa el hervor; ésto nos hará además, ahorrar mucho tiempo y energía.
Fuente fotografía
Así pues, ya sabemos que recipiente utilizar, cuánta agua es necesaria, cuánta sal se ha de poner y en qué momento se ha de añadir.
¿cuándo añadir la pasta?
Siempre que el agua haya alcanzado el punto de ebullición. cuándo el agua comience a "borbotear" con alegría. Entonces introduciremos nuestra pasta esparcida por el agua, en el caso de pasta tipo espaguetti, toda junta.
Removemos bien y dejamos que se haga tranquilamente.
¿cuánto tardará nuestra pasta en hacerse?
Pues esto dependerá mucho del tipo de pasta. Del tamaño, el grosor, si es rellena ó no... si es fresca ó es seca...
Por lo general los tiempos indicados en el paquete y dados por el fabricante son bastante aproximados.
La pasta fresca sabremos que está hecha, cuándo ésta vaya saliendo "a flote"
Si lo que queremos es una pasta "al dente", deberemos saber que es cuándo está hecha por dentro, pero por fuera está algo dura todavía. Es mejor ir comprobando. A mí particularmente es cómo mas me gusta, mantiene su gusto característico y coge mejor las salsas. Pero al final, el punto lo dará cada persona a su agrado.
Solo nos quedaría escurrir bien, y servir en seguida.
Si no vamos a consumir nuestra pasta al momento, siempre podemos conservar el agua de la cocción. Escurriremos la pasta bien bajo el agua fría para cortar la cocción, y en el momento que queremos consumirla, podemos darle sin problema un último hervor en el mismo agua dónde se hizo.
Recordaros que la receta de la salsa la podréis encontrar aquí
¡Que aproveche!
Hoy traigo una salsa que todos conocemos, una de las tradicionales de la cocina Italiana.
La base de esta salsa es el aceite de oliva y el ajo. A la que añadiremos albahaca, por la que los Italianos sienten gran pasión, y no es para menos, ya que esta aromatica planta, además de tener un sabor exquisito y característico, que se realza cuando se cocina, tiene propiedades medicinales, entre las que se encuentra mas comúnmente, la de facilitar la digestión.
Centrándonos en la salsa pesto, decir que la manera rústica de prepararla sería en un mortero, aunque hoy en día, las batidoras nos facilitan mucho la faena.
Las cantidades variaran dependiendo del gusto de cada persona, hay muchas recetas en las que las cantidades varían considerablemente, incluso se puede incluir algún ingrediente como en este caso yo, 1/2 guindilla, aunque es totalmente opcional.
La receta original, lleva queso pecorino, yo en este caso no le he echado.
Por último comentar, que esta salsa no solo es ideal para pasta, sino, que también liga muy bien con carnes, pescados, patatas, quesos, cremas...
INGREDIENTES
- 1 diente de ajo
- 1 paquete de albahaca (unos 30-40gr. aprox.)
- 100 ml. de aceite de oliva virgen
- 125 gr. de piñones
- 75 gr. de queso parmesano
- 1/2 guindilla (opcional)
- Sal
PREPARACIÓN
Lo prepararemos con batidora.
Para ello pondremos en un vaso alto de turmix, el ajo, los piñones, la sal, la albahaca (solamente las hojas bien limpias), la 1/2 guindilla (opcional) y el aceite de oliva. Triturar bien.
Una vez triturado añadir el queso parma y mezclar..
¡y listo!, mas sencillo imposible, y obtendréis platos exquisitos.
¡Que aproveche!
Después de un paréntesis, y de las muchas recetas que tengo en el tintero, voy a intentar ponerme las pilas.
Hoy domingo he hecho este pollo, y ha quedado francamente bueno, y la salsa... ¡tremenda!. No tiene apenas faena y queda muy jugoso y bueno.
Así lo he hecho yo, pero evidentemente se puede variar como en casi todo en la cocina.
INGREDIENTES
* cucharada sopera
- 1 pollo entero (de unos 2kg.peso neto)
- manteca ó mantequilla (para untar)
- 3 naranjas
- 2 cs* de romero picadito
- 2 cs* de tomillo picadito
- 4 dientes de ajo
- 2 cs* de miel
- Sal fina
- Sal maldon ó sal gruesa
- Pimienta molida
- Pimienta en grano
PREPARACIÓN
Lo primero que debemos hacer es limpiar bien el pollo, si lo hemos comprado ya limpio, no está de más, llevarlo bajo el grifo y limpiarlo bien; después secar con papel absorvente.
Encender el horno a 220ºC
Coger dos de las naranjas. A una le rallaremos la piel y exprimiremos el zumo; la segunda exprimir directamente. Reservar tanto el zumo como la piel rallada.
Disponer el pollo sobre una fuente ó bandeja de horno y untar bien con la manteca ó mantequilla por fuera y por dentro. Yo utilicé grasa de pato que tenía en la nevera, le da un sabor mas sabroso, pero cualquier manteca ó incluso aceite de oliva serviría perfectamente; masajear bien todo el pollo, salpimentar por fuera y por dentro y poner esparcida la piel rallada que teníamos reservada.
Cortar nuestra tercera naranja que introduciremos en el interior del pollo junto a dos dientes de ajos sin pelar.
Atar las patas del pollo para evitar que se salga el contenido.
Una vez lo tengamos, llevamos al horno durante 10-15 minutos aproximadamente.
Pasado este tiempo, dar la vuelta al pollo y dejar 10-15 minutos mas.
Se trata en este primer tiempo de sellar la piel.
Mientras tanto, prepararemos nuestro "aliño", con el que iremos bañando nuestro pollo.
Para ello, en un mortero pondremos los dos dientes de ajos pelados y machacaremos bien, añadir entonces unos granos de pimienta, sal gruesa, el tomillo y el romero, y seguir machacando.
Añadir esta mezcla al zumo de naranja que teníamos reservado y volcar las dos cucharadas de miel.
Pasados los 15 minutos, bajar la temperatura a 180ºC-200ºC.
Sacar nuestro pollo del horno, y bañar con la mezcla de naranja, ajo y especias. Podéís ayudaros de un pincel ó una cuchara para evitar que el ajo se quede abajo.
Volver a introducir al horno a ésta temperatura unos 20 minutos, entre los cuales iremos regando de vez en cuándo con nuestro aliño.
Transcurrido este tiempo, girar el pollo, volver a regar, y dejar 20 minutos mas. De igual forma que antes, iremos abriendo el horno de vez en cuando e iremos regando de nuevo con el zumo.
Esta operación la realizaremos dos veces mas. Es decir que nuestro pollo estará por cada lado, los 10-15 minutos del principio que nos sirve para sellar; y 40 minutos entre los que iremos regando con nuestra mezcla. En total estará en el horno aproximadamente 1 hora y 20 minutos; aunque claro está, esto también dependerá del peso del pollo y de la potencia de nuestro horno.
Me encantó el color con el que quedó, además del olor que desprendía. Todo el piso olía que alimentaba a este asado. Mmmm...
Una vez tengamos nuestro pollo listo, apartaremos en una fuente. El caldo lo colaremos, lo metemos en un cazo y llevaremos al fuego muy bajito. Lo que debemos hacer es espesar nuestra salsa, sin más. En mi caso no lo necesité, pero puede ser que de sabor haya quedado algo fuerte, simplemente con añadir agua será suficiente.
Lo cortamos a cuartos, preparamos una salsera y... ¡"e voila"!, ya tenemos nuestro asado listo.
Yo aproveché la parte de abajo del horno, para preparar unas patatas que simplemente partí por la mitad, salpimenté y les puse un pelín de mantequilla, uno de los muchos acompañamientos con los que se puede servir.
De verdad que quedó, ¡¡buenísimo!!
¡Que aproveche!